Comienzo estas líneas con el objetivo de realizar un balance del año que acaba, y mientras voy escribiendo, justo al llegar a la palabra acaba, he pensado que poco importa lo que yo diga aquí. Cada uno de nosotros tenemos un inventario de cosas que hemos realizado durante todo el año y otras que, por diversas circunstancias, se habrán quedado en el cajón para más adelante poder hacerlas. O no. Puede que ya nunca más las hagamos. Esto último es lo más probable que ocurra con aquello que, día tras día, lo vamos aplazando, esperando que llegue el momento idóneo para ello. Tiempo que nunca llega.En realidad, lo que creo, por propia experiencia, es que cada uno hace balance a lo largo de su vida en determinados períodos de la misma. Hay tres, o a lo sumo cuatro momentos en los que, especialmente, se visualiza lo que hemos hecho hasta ahora. Yo ya he pasado por algunos de ellos. Quizás, lo más importante es que cuando se echa la vista atrás, no se tenga esa sensación agria al preguntarse "qué hubiera pasado si lo hubiera intentado".
Os deseo a todos, salud, para que podáis hacer aquello que creáis irremediable.
